Sí, Formentera es el último paraíso del Mediterráneo. Es lo que se dice y es un hecho probado. Quizá por ello sea inexcusable la visita aunque solo sea para disfrutar por un día de tu vida de sus muchos encantos. ¿Es posible conocer y aprovechar de un día en Formentera? Esta isla es reducida, pero podrías estar semanas recorriendo todo lo material e inmaterial que posee. De todas formas, si con lo que cuentas es con un día, vamos a exprimirlo al máximo para que se convierta en un día inolvidable y que te cautive lo suficiente como para querer regresar cuanto antes.
Disfruta de un día en Formentera
Empezamos por la llegada. Si accedes a la isla en ferry que va de Ibiza a Formentera –ven temprano que tenemos que aprovechar el día- lo primero que debes hacer es alquilar un vehículo para moverte por una isla relativamente pequeña. Ten en cuenta que Formentera no tiene una gran superficie, por lo que cualquier punto es accesible si te trasladas en coche o motocicleta.

En el Puerto de la Savina, donde atracan los ferrys, puedes recoger tu vehículo previamente reservado. Las carreteras en la isla son estrechas y las restricciones de aparcamiento en playas o enclaves naturales conceden a la moto un plus de accesibilidad, sobre todo en verano.
Formentera, su historia y su naturaleza

Si además de visitar nuestras playas quieres coger un poco de historia, no muy lejos, entre el lago de Estany Pudent y la población de Es Pujols, se encuentra el monumento funerario Ca na Costa, la prueba de que hubo un poblado estable al principio de la Edad de Bronce. Pero si lo que te fascina es la espectacularidad del paisaje, date una vuelta por el Faro de la Mola, en la zona más oriental y alta de la isla, un lugar mágico incluso para el mismísimo Julio Verne, y que tendrás muy a mano desde el Puerto de La Savina, a unos 20 kilómetros por la carretera principal de Formentera.
¿Que no has hecho fotos todavía? Volviendo del faro no olvides parar en el Restaurante El Mirador, desde donde podrás hacer unas fotos espectaculares desde la altura. Lo encontrarás una vez saliendo del Pilar de la Mola, en un entrante hacia la izquierda.
También tienes acceso a dos de los siete molinos que forman parte del patrimonio etnológico de la isla (aunque en la actualidad se conservan 6): el Molí d’en Botigues y el Molí de Ses Roques, construcciones que dan una idea de la importancia que tuvo el cereal en la isla y nos recuerdan que no siempre fue un destino turístico, y su riqueza se medía en granos de trigo.
Un día en las playas de Formentera

Elige la orilla donde deseas zambullirte antes de ir en su busca. Si te decides por un día en Formentera que sea playero tienes varias opciones pero te apuntamos algunas que seguro que serán de tu agrado: Caló d’es Mort es una bahía pequeña y luminosa, en la que podrás darte el primer chapuzón, sólo dos kilómetros más abajo. En las playas d’Illetes, en la zona más septentrional de Formentera que forma parte del parque natural de Ses Salines, disfrutarás de arena blanca y un agua azul turquesa que son la envidia de todo el Mediterráneo. Si vienes desde Caló d’es Morts, simplemente ve al pueblo de Sant Ferran y sigue las indicaciones. Ojo, en temporada tendrás que abonar un simbólico impuesto para acceder a ellas, una contribución que nos ayuda a mantener la isla tal como la conocieron todos los visitantes que llegaron antes y que garantiza que así se la encontrarán los que vengan en el futuro. Si piensas que con este tributo consigues que no se masifique una playa que nos regala vida y naturaleza, lo entenderás. Desde ahí puedes dar un salto a la isla de Espalmador, otro de los atractivos turísticos, e incluso embarcarte en alguna de las actividades acuáticas que Formentera te ofrece. En Cala Saona te recomendamos un baño, aunque sea uno rápido.
Sus platos tradicionales
En un día en Formentera no podrás dedicarle mucho tiempo a las compras de souvenirs de Formentera, aunque algunos de los mercados son vespertinos. Inevitablemente, antes de ello tendrás que recargar las pilas. En la lista de platos típicos de Formentera destaca la bullit de ratjada, raya guisada con almendra picada, o el bullit de peix, arroz con el caldo de pescado. Y qué decir de la fideuá que no sea un suspiro. Si quieres degustar este plato con todas sus consecuencias, acércate a Es Pujols. Consulta los restaurantes que tenemos en nuestra web.

Un té o un café en la Plaza de Sant Francesc, que está a cinco kilómetros (diez minutos en coche) para tratar de asomarnos a una ruta verde fácil para terminar el día, que podría ser una culminación maravillosa, sobre todo si hemos conseguido comer pronto y tenemos aún energía suficiente. En todo caso, si en algo aprecias Formentera y quieres poder contar que has estado aquí, no se te ocurra dejar esta isla sin ver una buena puesta de sol. Una de las más recomendadas puede ser desde el Faro des Cap de Barbaria (la misma vista con la que se te paró la respiración en la película ‘Lucía y el sexo’). O si la noche te atrapa y quieres quedarte hasta mañana con un mojito en la mano, acércate al Blue Bar en la playa de Migjorn.
¡Vuelve pronto!