Aunque la extensión de Formentera es limitada, esta isla atesora monumentos y leyendas que le dan ese toque mágico y espiritual. Cuando quieras pasear por siglos de veredas y templos, yacimientos y molinos –que son muy importantes para nuestra identidad- descubrirás que hay una intrahistoria que se acopla a la naturaleza como parte de ella y que se aloja en lo más profundo de nosotros con un potente efecto secundario: volverás.