La posidonia, la reina de nuestras aguas

La posidonia oceánica

Reposando bajo nuestra aguas, oculta pero activa desde hace miles de años, se encuentra una protagonista indisociable de la historia de Formentera, única en el mundo y protegida por la misma Unesco por su exclusividad. Tiene el imponente nombre de Posidonia Oceánica, nos rodea y nos protege, y es a quien tienes que agradecer que un baño en una playa de Formentera sea una experiencia sólo comparable con el Caribe –y a veces incluso mejor-.

Esta planta propia del Mediterráneo –ojo, planta, no alga- ha elegido a la Pitiusa menor de una forma mágica y maravillosa para protegerla con espectaculares praderas submarinas que producen un beneficio valiosísimo. Gracias a que filtran sedimentos y producen grandes cantidades de oxígeno (14 litros de oxígeno por cada metro cuadrado de pradera), son el hogar de innumerables especies que forman una ciudad selvática bajo el agua que submarinistas de todo el mundo vienen a admirar, y además mantienen las aguas que llegan a la orilla más reposadas y limpias que en ningún otro punto de este mar nuestro.

Patrimonio de la Humanidad

¿Por qué eligió a la pequeña Formentera para protegerla? No se lo podemos preguntar, pero lleva ahí mucho, mucho tiempo. Desde 1999, las praderas de posidonia oceánica de Formentera están catalogadas como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y se siguen investigando. En esas praderas de cientos de kilómetros cuadrados se descubrió una posidonia, en 2006, que medía ocho kilómetros de largo (¡eso ocuparía 160 piscinas olímpicas longitudinalmente!) y que podría tener más de mil siglos de edad. Esa posidonia ha sido testigo de cómo la humanidad nació y descubrió Formentera. Sabe más de nosotros que nosotros mismos.

También recibieron el nombre de “alga de los vidrieros”, aunque como hemos dicho no es un tipo de alga, sino de planta. Esta referencia le viene porque los vidrieros utilizaban las hojas muertas que aparecían en la orilla para envolver sus delicadas creaciones y protegerlas de golpes. En el pasado de nuestra isla esas hojas muertas también eran alimento para el ganado y elemento aislante para viviendas. Si paseas por nuestras playas, encontrarás estas hojas en verano y curiosas bolas marrones de fibras secas en invierno.

A partir de esa declaración de Patrimonio de la Humanidad han surgido más proyectos de conservación, como el Proyecto Life Posidonia, y rutas guiadas para descubrirlas y conocer más curiosidades sobre ella. ¡Es un milagro de la naturaleza!

Nos interesa tu opinión